miércoles, 19 de octubre de 2011

El objetivo de la empresa

Si nos detenemos a mirar a las empresas desde lejos, podemos observar un continuo cambio de pequeñas empresas emergentes que surgen y se esfuman por mil causas.
Otras se mantienen durante un tiempo más o menos largo, pero terminan.
Algunas incluso contra todo pronóstico, suben como la espuma alcanzando cierto límite que al rebasarlo pierden toda esencia y se convierten en una fiera devoradora de personas, recursos con un fin difuso y siempre oscuro.

Una vez me contaron una historia de un banquero que después de mucho tiempo, trabajo y éxitos, ya mayor, decide irse unos días de vacaciones a una paradisíaca isla.
Gozaba de su plenitud, sintiéndose en la cima del mundo como un nuevo Alejandro Magno un Julio Cesar viéndose con un pie en la posteridad.

Mientras se tostaba al sol, libando algún cóctel observaba a un nativo que cogía su barca, y salia a pescar a no mucho de la orilla. No tardaba en pescar una buena pieza. Inmediatamente volvía a la orilla, dejaba su barca y se volvía a su choza donde disfrutaba de su pesca y así cada vez que el hombre tenía hambre.

La mente del banquero se disparó en un torrente de cifras y cábalas hasta que la vez siguiente que vió al lugareño le preguntó porque no pescaba más peces si le era tan fácil
- ¿Para que? respondió 
Le propuso vender el exceso y con el comprar una barca mas grande
- ¿Para que? preguntó
Para pescar más y comprar mas barcas.
Le comentó como podría llegar a un buque piscifactoría y una empresa conservera
- ¿Para que? 
Para que un día seas tan rico como yo y puedas irte a cualquier paraíso que desees

Mientras se alejaba le dijo ya tengo eso.

Una empresa debe tener un objetivo claro y no puede ser crecer todo lo posible convirtiéndose en una máquina de producir penas en lugar de alegrías. Sea  de la medida que sea, debe aportarnos lo suficiente para vivir tanto a los dueños como a los asociados que contrata (empleados) para alcanzar un mismo fin.
Una empresa que gane una parte de sus beneficios injustamente de su propios empleados debe ser socialmente rechazada y judicialmente controlada.

Las empresas modelos cuidan de sus colaboradores que son en si mismos la empresa. El mayor activo de que disponen y que se debe conservar de modo adecuado, compensándose equitativamente que no igualitariamente.

Por supuesto el producto debe ser razonable, con un compromiso absoluto con el medio ambiente y el usuario.

¿Que daría por un mundo así?

Cuide su voto, cuídelo bien.

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