viernes, 6 de octubre de 2017

Vamos a contar mentiras


Estoy totalmente perplejo y avergonzado, por los sucesos que se derivan de la política que atañe y afecta al pueblo. El orden en que explico el texto no debe entenderse como una toma de partido.

La transición de la dictadura a la democracia fue casi todo un éxito. Digamos que la Constitución Española fue la mejor que se pudo alcanzar en ese momento. Ya no estamos en ese momento y el mantener aquella constitución, con sus deficiencias y sus imposiciones, han llevado a la política a ser lo que es hoy. No voy a añadir el adjetivo calificativo que está en la mente de todos.

La ley D'hondt es un sistema que desproporciona el voto. Eso de un ciudadano un voto no es así.

Entiendo el desencanto de los votantes, comprendo que se "castigue" con el voto, pero de eso a lo que se consigue, no solo no lo soluciona, sino que lo enrarece y desvirtúa el su verdadero poder.

Que los trabajadores, desilusionados de sus convenios, de su pérdida de calidad de vida y su precariedad laboral, cada vez mayor dejen de votar a ideas de izquierda y voten idealismo de derecha no tiene sentido. Para decir que estoy enfadado, no me alineo con quien piensa de modo opuesto.
No es de extrañar que las derecha, centro e izquierda se confundan, cuando al ciudadano le va mal gobierne quien gobierne sin diferencias relevantes.

Parece que resulta mucho mas fácil, salir a la calle por un campeonato de fútbol que para cosas mucho más importantes, como hacer oír nuestras necesidades.

Pero también entiendo, que después de llenar las calles con millones de personas en toda España, El PP de Aznar no solo los ignorara sino que actuara contra la voluntad que clamaba el pueblo.
Ahora, el PP liderado por Rajoy, rescata bancos hurgando en los bolsillos de los que pagarán el estropicio, inmerso en un mar de casos de corrupción, manejo de los jueces y otras argucias que evitan, postergan o hacen caer en el olvido o la prescripción...
Otros no pueden explicar, lo que posiblemente no tenga explicación sobre dinero heredado, tomado prestado, desviado en el Gobern Català desde Jordi Pujol, pasando por Mas y terminando por Puigdemont ¿Cataluña nos roba?

Puedo comprender que el desastre nacional que soporta la educación desde hace décadas, promueva el pensamiento ligero, vago sin identidad propia de las frases y movimientos que orquestan quienes les interesan para su propio fin, haciendo de las calles un gran espectáculo de marionetas.

Agotadas todas las posibilidades legales sin llegar a un consenso claro, podría desembocar en una DUI si fuese beneficiosa para el pueblo, pero ni es así ni se han agotado, es más.  ni siquiera han comenzado.
Las acciones que han tomado unos y otros tendrán graves consecuencias, para el pueblo, claro.

La obstinada inmovilidad de Rajoy y Puigdemon desemboca en los mínimos legales, las reglas del juego.
Todos sabíamos que el Tribunal Constitucional había zanjado el asunto de la votación.
También todos sabemos que los catalanes (o cualquier hijo de vecino) quiere tener el derecho de voto, de expresión, pero no votar esa vez, por la invalidación del tribunal constitucional y por que no ofrecía las mínima garantías no es una privación del derecho que nos asiste, según los métodos estipulados en la ley que todos aprobamos. Ponerse contra la policía que si estaba ejerciendo en derecho, colocaba a las personas al otro lado.

Es lamentable que puedan inducir a mis conciudadanos con tanta facilidad y que estos confundan la libertad con el libertinaje tan fácilmente. Siento que las fuerzas del estado se vieran en el compromiso de usar la fuerza contra el pueblo que defienden, por un uso particular de la política entre los que considero absolutos responsables de la tragedia y de la vergüenza que asola al País.

Es imprescindible dialogar, cambiar las cosas y acabar con la lacra del pasado que seguimos arrastrando. Tenemos que dejar de ser tan viscerales y ser más reflexivos, menos egoístas y buscar el bien común y sobre todo, valorar mas lo que hacemos con nuestro voto y lo que exigimos a cambio.

Por último, a todos aquellos pobres de espíritu (y de memoria) recordarles, que no alinearse con la independencia no solo no te convierte en fascista. En realidad, la argumentación independentista coincide con la usada por la Alemania Nacionale Socialista, con su paseo de banderas, sus manifestaciones y... con el trágico fin que todos conocemos. 
El insulto y la descalificación no nos han aportado nada bueno nunca.   Hablemos.

No hay comentarios: